Sintitul1

HOSPITAL GENERAL DOCENTE "ABEL SANTAMARÍA CUADRADO". PINAR DEL RÍO

 

Repercusión materna y neonatal del embarazo en la adolescencia

Repercussion of adolescent pregnancy on the mother and on the neonate

 

Bania Marin Fuentes1, Mayelin Pimienta Medina2, Isleny Rodríguez Carrasco3, Nuvia Suárez García4

1Estudiante de quinto año de Medicina. Alumna Ayudante de Neonatología.
2Estudiante de quinto año de Medicina. Alumna Ayudante de Gastroenterología Pediátrica
3Estudiante de quinto año de Medicina. Alumna Ayudante de Ginecología.
4Especialista de Primer Grado en Neonatología. Máster en Atención Integral al Niño.
Asistente. Hospital General Docente "Abel Santamaría Cuadrado". Pinar del Río.

 


RESUMEN

Introducción: el embarazo en adolescentes es una condición perinatológica de riesgo biológico para la madre y su recién nacido.
Objetivo: evaluar la repercusión materna y neonatal del embarazo en la adolescencia. Método: se realizó una investigación observacional, analítica, retrospectiva de tipo caso- control en el Servicio de Cuidados Especiales Neonatales, Hospital General Docente ¨Abel Santamaría Cuadrado¨ durante el 2012 en la provincia Pinar del Río, Cuba. Se empleó un universo de 5 363 nacidos vivos en la provincia durante 2012, los casos fueron 59 neonatos hijos de madres adolescentes, el grupo control fue de 118 neonatos hijos de madres adultas. Se empleó un muestreo no probabilístico, a razón de 1:2. Se revisaron las historias clínicas y se realizaron entrevistas a las madres, se aplicaron métodos de la Estadística Descriptiva e Inferencial.
Resultados: el 45,8% de las madres adolescentes desarrollaron enfermedades asociadas al embarazo predominando la ruptura prematura de membranas (18,6%) y la hipertensión arterial inducida por el embarazo (11,9%), el 49,2% de los neonatos fueron prematuros, el 52,5% bajo peso y el 59,3% sufrieron una depresión al nacer. Las principales causas de ingreso en cuidados especiales neonatales fueron el síndrome de distrés respiratorio (32,2%) y la asfixia perinatal (20,3 %).
Conclusiones: el embarazo en la adolescencia influye negativamente en las madres y neonatos, evidencia de la necesidad de continuar implementando y perfeccionando estrategias que disminuyan la gestación en este grupo de edad.

DeCS: Embarazo; adolescente; factores de riesgo


ABSTRACT

Introduction: adolescent pregnancy is a condition of perinatological risk for the mother and her newborn infant.
Objective: to evaluate the repercussion on the mother and on the neonate of adolescent pregnancy.
Methods: an observational, analytical, retrospective, case-control research was performed to the Neonatal Special Care Services at Abel Santamaría Cuadrado General Teaching Hospital (Pinar del Río, Cuba), during the year 2012. A target group of 5363 live newborns was used. The cases were 59 neonates children to adolescent mothers and the control group was of 118 neonates children to adult mothers. Nonprobabality sampling was performed (odd ratio 0.5). Medical records were reviewed and interviews mere conducted on meters. Methods of descriptive and inferential statistics were used. Results: 45.8% of the adolescent mothers developed diseases associated with pregnancy, predominating early rupture of membranes (18.6%), and pregnancyinduced hypertension (11.9%). The 49.2% of the neonates were premature, the 52.5% had low weight, and the 59.3% suffered depression on delivery. The main causes of admittance into special neonatal care were respiratory distress syndrome (32.2%) and perinatal asphyxia (20.3%).
Conclusions: adolescent pregnancy negatively influences on the mothers and on the neonates, a fact that evinces for the necessary and permanent implementing and improving of strategies to diminish the number of pregnancy in this age group.

DeCS: Pregnancy, Adolescent: Risk factors.


 

INTRODUCCIÓN

La OMS define como adolescencia al "período de la vida en el cual el individuo adquiere la capacidad reproductiva, transita los patrones psicológicos de la niñez a la adultez y consolida la independencia socio _ económica"; fija sus límites entre los 10 y 20 años. El embarazo en la adolescencia: "ocurre dentro de los dos años de edad ginecológica, entendiéndose por tal al tiempo transcurrido desde la menarquia, y/o cuando la adolescente es aún dependiente de su núcleo familiar de origen".1

El inicio de la actividad sexual expone a las adolescentes a una serie de riesgos que comprometen su salud sexual y reproductiva, además de su desarrollo psicológico y social, comienza sin una adecuada orientación y sin conocimiento pleno de las complicaciones que les puede conllevar la actividad sexual precoz sin la debida protección.2

La atención obstétrica a la embarazada adolescente más que un problema particular de la adolescente lo es de toda la familia. De tal modo los cuidados prenatales están determinados por factores como: el estado biológico de la adolescente en el momento que comienza el embarazo haciendo énfasis en el estado nutricional, mayor riesgo de anemia, toxemia, diabetes, parto distócico, hemorragias, recién nacido bajo peso, y enfermedades genéticas sin dejar de mencionar las alteraciones psicosociales y crisis familiares no transitorias por desorganización.3

Más de 15 millones de adolescentes entre los 15 y 19 años tienen hijos cada año y entre el 88 y 98 % de las muertes maternas son perfectamente prevenibles.4En países pertenecientes principalmente al área de Centroamérica, aproximadamente una de cada veinte mujeres tuvo un hijo antes de los 15 años; países que tienen una alta fecundidad. En prácticamente todos los casos estas cifras aumenta considerablemente con la menor escolaridad, el área rural de residencia y la pertenencia a un estrato de mayor pobreza; de esta manera los bajos niveles educaciones, la marginalidad y la pobreza acarrean consigo nacimientos y muertes fetales como producto de la prostitución y la explotación sexual.2

En el año 2000 la tasa global de fecundidad en Cuba se estimó en 1,6 y en 2012 se encontraba en 1,7 hijas por mujer arrojando niveles bajos de fecundidad que oscilan por debajo del reemplazo. En el año 2012 las adolescentes representan un 25.1% de la población femenina, dato que se torna alarmante ante el continuo incremento de la fecundidad adolescente en los últimos años, transitando desde 49.6 nacimientos por cada 1 000 mujeres entre 15 y 19 años en el 2000, hasta un 53.6 en el 2012, llegando a representar el 15.9% de la fecundidad total.5

Situación enormemente paradójica cuando la cobertura anticoncepcional de la nación ha dado enormes saltos cuantitativos de un 70.0 % en 1993 a un 77.6% en 2012, sobresaliendo a la vista los dispositivos intrauterinos (DIU) con un 50,1% y el condón con un 14,1% para el año 2012 en comparación con el año 1993 con valores de 70,0% y 4,0% respectivamente; a lo que se le suma la existencia del programa nacional de atención integral de salud al adolescente.4,5

En la provincia Pinar del Río se cuenta con una población femenina residente de 36 710 en la franja etaria de 10 a 19 años de edad, con indicadores de natalidad de 11,5 x 1000 habitantes. Las cifras de ingresos neonatales en el 2012 fue de 17,2 nacidos vivos x 100 habitantes, convirtiéndose en la cuarta provincia con menor cantidad de ingresos de este tipo antecedida por Matanzas, Mayabeque y Las Tunas con cifras de 9,3, 10,3 y 16,0, respectivamente; e integra el grupo, junto a Camagüey, de las cinco provincias con más bajos índices de bajo peso al nacer (4,6 %), encabezado por Sancti Spíritus con 4.1 %, seguido por Villa Clara con 4.2 % e Isla de la Juventud con 4.4 %.5 El inicio precoz de las relaciones sexuales trae aparejado relaciones sexuales desprotegidas y el incremento de la fecundidad en edades tempranas que conllevan en sí el incremento del número de embarazos en la adolescencia, cuestión que depara para el binomio madre-hijo un aumento del número de ingresos y morbilidades asociadas tanto en la madre adolescente como en el producto de la concepción, lo que ha motivado a evaluar la repercusión materna y neonatal del embarazo en la adolescencia en el Servicio de Neonatología del Hospital General Docente Abel Santamaría Cuadrado de la provincia Pinar del Río durante el 2012.

 

MATERIAL Y MÉTODOS

Se realizó una investigación observacional, analítica, retrospectiva tipo caso- control, en el Servicio de Neonatología del Hospital General Docente "Abel Santamaría Cuadrado" de la provincia Pinar del Río durante el 2012.

El universo de estudio lo constituyeron los 5363 nacidos vivos en la provincia Pinar del Río durante el año 2012.

Se aplicaron como criterios de inclusión:

Neonatos que requirieron ingreso en el servicio de cuidados especiales neonatales por su condición de alto riesgo en el año en estudio.

Se seleccionaron los dos nacimientos de madres adultas posteriores a cada niño del grupo estudio que ingresaron en cuidados especiales neonatales en igual lugar y tiempo a partir del registro de nacimientos del hospital.

Disposición para participar en la investigación por madre, padre o persona acompañante de los neonatos.

Quedaron establecidos dos grupos:

El de estudio (casos) estuvo integrado por 59 recién nacidos que requirieron ingreso en el servicio de cuidados especiales neonatales por su condición de alto riesgo al ser hijos de madres adolescentes (?20 años).

El de control: formado por 118 recién nacidos hijos de madres adultas (? 21 años). Se seleccionaron los dos nacimientos posteriores a cada niño del grupo estudio que ingresaron en cuidados especiales neonatales en igual lugar y tiempo a partir del registro de nacimientos del hospital por muestreo no probabilístico. Ese método intencionado permitió obtener una relación de recién nacidos hijos de madres adolescentes: recién nacidos hijos de madres adultas de 1:2.

Para la realización de esta investigación se procedió a la revisión de la historia clínica neonatal y la entrevista a la madre cuando fue necesario.

Los datos obtenidos fueron llevados a un formulario computarizado, resumidos en las variables: crecimiento intrauterino, enfermedad propia o asociada a la gestación, edad gestacional al parto, morbilidad neonatal, sexo, peso y condiciones al nacer a través del conteo por el método de Apgar al minuto de vida.

Fueron empleados métodos de la Estadística Descriptiva (frecuencia absoluta y relativa) e Inferencial (Chi cuadrado con un nivel de significación del 95% y Odds Ratio con IC 95%).

Se garantizaron las normas éticas para la investigación con seres humanos. A la madre, padre o persona acompañante de los niños que participaron en la investigación se les informó previamente de las características del estudio y que los resultados obtenidos sólo serán utilizados con fines investigativos. Posterior a su consentimiento se procedió a la recogida de la información. Se respetaron los principios básicos de la Ética Médica: beneficencia y no maleficencia, autonomía y justicia.

 

RESULTADOS

Las enfermedades propias o asociadas a la gestación se presentaron en 27 casos y 32 controles (tabla 1) diferencia que resultó significativa (p=0,0131). Entre éstas, las más frecuentes fueron la rotura prematura de membranas y la enfermedad hipertensiva del embarazo. De esta manera los recién nacidos de madres adolescentes con enfermedades asociadas o dependientes del embarazo tienen más probabilidades de ingresar en la unidad de cuidados intensivos neonatales por su condición de alto riesgo que los de madres adultas (OR IC 95%: 1.12_ 4.59). Tabla 1

Tabla 1. Distribución de las madres según enfermedades propias y asociadas de la gestación. Servicio de Neonatología del Hospital General Docente "Abel Santamaría

Cuadrado" de la provincia Pinar del Río. 2012
Fuente: Entrevista materna e historia clínica neonatal.
X²= 6.15; gl = 1; p= 0.013; OR=2.27; IC 95%: 1.12_ 4.59

Al analizar el crecimiento intrauterino casos y controles (tabla 2) tuvieron similar comportamiento predominando los adecuados para su edad gestacional con 81.4% (48/59) entre los casos y 88,0% (104/118) entre los controles (X 2 = 2.96; gl=2; p =0.22). Tabla 2

Tabla 2. Crecimiento intrauterino según edad materna
Fuente: Historia clínica neonatal

Con relación a la edad gestacional (tabla 3) en los casos hubo un predominio del parto pretérmino (49,2%), mientras que en el control fueron los nacimientos al término (71,2%); diferencia que es altamente significativa (p=0,0006), o sea, los neonatos de madres adolescentes tienen más de tres veces probabilidades de nacer prematuros y por tanto de necesitar de los cuidados especiales en esta etapa de la vida (OR= 3,11; IC 95%: 1.53_ 6.38) que los hijos de madres adultas. Tabla 3

Tabla 3. Edad gestacional al parto
Fuente: Entrevista materna e historia clínica neonatal
X²= 11.64; p= 0.002, GL=2

Para el recién nacido (tabla 4) según el peso al nacer; el 52,5% de los recién nacidos del grupo estudio fueron bajo peso (p=0.0002), o sea, la adolescencia estuvo asociada al nacimiento de recién nacidos bajo peso que necesitaron por su condición de los servicios que brindan los cuidados especiales neonatales (OR= 3,4; IC95 %: 1.67_ 3.95).
En relación al sexo (tabla 4) se observó un predominio del masculino en casos y controles (p = 0.67).

Con relación a las condiciones clínicas del nacimiento (Puntaje de Apgar) en el primer minuto de vida extrauterina se aprecia que más de la mitad (59,3 %) de los hijos de madres adolescentes que ingresaron en cuidados especiales neonatales recibieron una puntuación baja (< 7 puntos) encontrándose (p= 0.00001), o sea, estos recién nacidos tienen mayor probabilidad de sufrir una depresión al nacer y por tanto necesitar de los cuidados especiales que los hijos de madres adultas(OR= 11,54; IC95 %: 5.13-26.33).Tabla 4

Tabla 4. Distribución de los recién nacidos según peso al nacer, sexo y condiciones al nacimiento

Fuente: Historia clínica neonatal

X²= 13.73 p= 0.0002; OR=3.4; IC 95%: 1.67_ 3.95

X²= 0.181; p= 0.67; OR=1.15; IC 95%: 0.58._ 2.25

X²= 47.97; p= 0.00001; OR=11.54; IC 95%: 5.13_ 26.33 GL = 1

La morbilidad del hijo de madre adolescente (tabla 5) es superior a la del grupo control que es escasa y la sufre aproximadamente la cuarta parte de este. Las principales causas que motivaron ingreso en cuidados especiales neonatales fueron el S.D.R. (32.2 % vs 26.1%) y la asfixia perinatal con similar comportamiento esta última en casos y controles) seguida en frecuencia por la sepsis la cual resultó superior en los controles. Las malformaciones congénitas (mayores) también se presentaron con una frecuencia superior en los casos. Se encontró asociación estadísticamente significativa para el SDR, la asfixia, el bajo peso y las malformaciones congénitas por lo que se infiere que los hijos de madres adolescentes tienen un riesgo incrementado de desarrollar estas enfermedades, en relación al resto de los niños (hijos de madres adultas) con frecuencia asociado a la prematuridad y/o morbilidad de la madre adolescente.Tabla 5

Tabla 5. Morbilidad neonatal según edad materna
Fuente: Historia clínica neonatal

 

DISCUSIÓN

El embarazo en la adolescencia constituye un problema en las maternidades del país y sólo un trabajo sistemático en el riesgo reproductivo y en el seguimiento adecuado del trabajo de parto, disminuirán los resultados negativos en la morbilidad y mortalidad perinatal. Desde el punto de vista fisiológico, la mujer no alcanza su madurez reproductiva hasta después de 5 años de haber aparecido su primera menstruación; por tanto, hay mayores riesgos maternos, fetales y perinatales cuando concibe un embarazo antes de tiempo. El estado de salud y de nutrición de las madres y los niños está íntimamente relacionado; ambos constituyen una unidad biológica y social y en este sentido se han trazado diversas estrategias de salud dirigidas a reducir los desenlaces perinatales adversos para ambos, incluso para las próximas generaciones.6 Es evidente (tabla 1) que la rotura prematura de membranas es una complicación frecuente, probablemente en estas madres existe un riesgo aumentado de padecer enfermedades que aumentan esta predisposición (infecciones del tracto urogenital, carencias nutricionales, patología cervical, enfermedades crónicas entre otros) y en el caso de las adolescentes pudiera estar relacionado con una conducta sexual inadecuada e irresponsable, el riesgo de contraer infecciones urinarias y de transmisión sexual, el poco reconocimiento del riesgo, además de un posible control prenatal inadecuado de su embarazo.7

Como enfermedad vascular hipertensiva sigue siendo la hipertensión arterial inducida por el embarazo (tabla 1) otra de las complicaciones más frecuentes en las menores de 20 años. Resultados como este se constatan en estudios realizados por Águila Setién y colaboradores8se describe un mecanismo común que podría explicar diversas enfermedades propias del embarazo con mayor frecuencia en adolescentes. Se ha postulado un fallo en los mecanismos fisiológicos de adaptación circulatoria denominándose síndrome de mala adaptación circulatoria cuya repercusión y expresión clínica puede ser en la madre, en el feto o asociados entre sí.

El embarazo en la adolescencia también tiene riesgos biológicos para la madre y el niño. El crecimiento fetal asociado a la continuación del crecimiento materno desencadena serias implicaciones para ambos como el riesgo de enfermedades crónicas, particularmente la diabetes tipo II además de hipertensión arterial inducida en el último trimestre. Además Scholl9señala como uno de los principales riesgos biológicos del embarazo en la adolescencia la restricción fetal, una vez que las mujeres jóvenes continúan creciendo sin movilizar las reservas de grasas durante el tercer trimestre, o sea, la inhibición de la oxidación de grasas maternas provoca una reducción del peso del infante al nacimiento.

Sin embargo, en el estudio realizado en cuanto a la relación peso/edad gestacional se comprobó un predominio de los pesos adecuados para su edad gestacional en hijos de madres adolescentes.

El bajo peso al nacer (BPN) aumenta varias veces el riesgo de morbilidad neonatal e infantil, causa trastornos familiares y sobrecarga los presupuestos de los servicios de cuidados intensivos y neonatales especiales. También se asocia estrechamente con alteraciones del desarrollo infantil y repercusión de la morbilidad neurológica crónica. De igual manera se ha asociado con irregularidades del crecimiento fetal y con algunos trastornos del adulto. Además, su morbilidad a largo plazo es importante, de forma que incluso en aquellos pretérminos y niños bajo peso al nacer sin secuelas aparentes, se detectan posteriormente problemas en sus años escolares en un 10-20 % de casos, según su peso al nacimiento.10

Según resultados de esta investigación las madres adolescentes tienen mayores riesgos de tener bebés prematuros que las adultas. En relación con esta problemática Castell y colaboradores11comentan que las mujeres que se embarazan antes de cesar el crecimiento manifiestan inmadurez uterina o del suplemento sanguíneo cervical, estando predispuestas a infecciones subclínicas y al aumento de la producción de prostaglandinas; en consecuencia, aumenta la incidencia de parto prematuro y de las morbilidades asociadas.

Águila Setién y cols.8refieren una relación marcada entre la edad materna y la incidencia del parto pretérmino, los cuales plantean que existe una mayor incidencia en mujeres por debajo de los 20 años y que las tasas aumentan sobre todo por debajo de 17 años, esto puede deberse a un fallo del útero en el cambio de su forma esférica a elíptica, al hecho de ser su primer embarazo o que exista un desarrollo inadecuado del útero lo cual lleva a trastornos en la circulación feto- placentaria.

En las adolescentes también se presentan altas tasas de infecciones de transmisión sexual (ITS), abuso de sustancias y pobre asimilación nutricional, lo cual contribuye a un mayor número de partos prematuros demostrándose que mientras menor edad tiene la adolescente, mayor es la probabilidad de nacimientos con mayor prematurez.12Diferimos de Pomata y colaboradores12quienes tras aplicar un programa asistencial interdisciplinario para la embarazada adolescente y su hijo encontraron un predominio de nacimientos al término con reducción de la prematuridad y la depresión al nacer. Refiriéndose a las condiciones del nacimiento Acevedo y colaboradores13comentan que constituye el período de la vida que más riesgos entraña para el individuo, en el cual va a implicar un cambio profundo y rápido, desde un medio líquido en el que parasita a otro aéreo en el que se independiza. Muestran incluso resultados similares a esta investigación señalando como complicaciones que predominaron en los recién nacidos de las madres adolescentes la dificultad respiratoria y el apgar bajo al minuto de nacer.

El embarazo en los extremos de la vida reproductiva es considerado como un factor de riesgo, por el aumento de las entidades nosológicas perinatales que se presentan. La morbilidad asociada al hijo de madre adolescente motivó comparativamente un mayor número de ingresos en cuidados especiales debido a síndrome de distrés respiratorio y la escasa ganancia de peso durante el embarazo como indicador importante para predecir la futura salud del recién nacido; si esta ganancia es escasa, es obvio que el neonato tendrá más vulnerabilidad a cualquier morbilidad que pueda presentarse; si se trata de un embarazo ocurrido antes de los 5 años posteriores a la menarquia y condicionado por el poco desarrollo de los genitales internos que aún necesitan los nutrientes para el crecimiento, la vulnerabilidad aumenta al igual que la competencia madre-feto por estos nutrientes. Por tanto, en ocasiones, el embarazo en la adolescencia es un factor de riesgo para maltrato fetal y una de las consecuencias de este pueden ser la prematuridad y las malformaciones congénitas.14

Autores como Herrera y coolaboradores15encontraron un predominio de malformaciones congénitas como las cardiopatías congénitas y el síndrome de Down en hijos de madres adolescentes.

A su vez los bebés prematuros y de bajo peso al nacer pueden tener órganos que no están totalmente desarrollados, esto puede derivar en problemas respiratorios, como el síndrome de dificultad respiratoria, hemorragias cerebrales, pérdida de la vista y otros problemas futuros.16

El embarazo en la adolescencia influye negativamente en las maternas y neonatos, evidencia de la necesidad de continuar implementando y perfeccionando estrategias que disminuya la gestación en este grupo de edad.

 

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Datos para correspondencia

Bania Marín Fuentes. Estudiante de quinto año de Medicina. Alumna Ayudante de Neonatología. Facultad de Ciencias Médicas ¨Dr. Ernesto Che Guevara de la Serna¨ Universidad de Ciencias Médicas. Pinar del Río.
Correo electrónico: luisemarin@princesa.pri.sld.cu

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